El año 2014 significó el cierre simbólico de un ciclo vital de la cultura mexicana, con la lamentable partida de notables artistas e intelectuales, como ocurrió en diciembre con Vicente Leñero, hombre de múltiples talentos literarios (la novela, la dramaturgia, el periodismo, el guion cinematográfico) y cercano colaborador de la Revista de la Universidad de México —y sobre quien reflexionan en este número la escritora Silvia Molina y el crítico teatral Fernando de Ita, reseñando las virtudes del novelista y el dramaturgo, así como del maestro y amigo—, y Gerardo Deniz, el heterodoxo poeta y traductor, autor de ‘Erdera y Paños menores’, cuya escritura a contracorriente es comentada por Edgar Esquivel.
Por su parte, el 2015 también ha empezado como un año aciago para los haceres intelectuales del país. En enero ha fallecido Julio Scherer García, quien con su paso por el periódico Excélsior y luego con la fundación de la revista Proceso potenció las posibilidades del periodismo de incidir críticamente en la realidad. En torno a las dotes prosísticas del audaz maestro de periodistas escribe Ignacio Solares.
Sin embargo, aunque las grandes figuras del siglo xx mexicano desaparezcan físicamente, su herencia de arte y creación permanece, como es el caso de José Revueltas —uno de los gigantes de las letras mexicanas, de cuyo nacimiento se cumplió el centenario el 20 de noviembre y cuya faceta como guionista de cine es escrutada por Carlos Martínez Assad— y el de Octavio Paz, el único Premio Nobel de Literatura que tiene México y quien el pasado 31 de marzo habría cumplido cien años. Dentro de los saldos que el 2014 dejó en el terreno de las relecturas pacianas, destaca la biografía escrita por el crítico e historiador de las ideas Christopher Domínguez Michael, Octavio Paz en su siglo, publicada en noviembre y que fue presentada en la pasada Feria Internacional del Libro de Guadalajara por tres voces más que autorizadas: la Premio Cervantes Elena Poniatowska, el novelista y cronista Juan Villoro y la estudiosa y crítica literaria Fabienne Bradu, quienes nos han confiado sus textos.
Poco después de nacido Octavio Paz y meses antes de la llegada al mundo de José Revueltas, ocurría en el país, en junio de 1914, una de las aventuras militares más impresionantes, obra del genio indómito de Francisco Villa: la toma de Zacatecas, que significó el episodio culminante para la caída de la presidencia de Victoriano Huerta, y que revisita el historiador Adolfo Gilly, una autoridad en los temas de la Revolución mexicana.
Damos la bienvenida al dramaturgo y actor José Ramón Enríquez, quien se incorpora a nuestra nómina de columnistas con su espacio “Callejón del Gato”, en esta ocasión con una estampa del heterodoxo autor español Juan Goytisolo, el más reciente Premio Cervantes de Literatura y autor de la trilogía conformada por ‘Señas de identidad’, ‘Reivindicación del conde Don Julián’ y ‘Juan sin tierra’. En el campo de la creación literaria, concurren en nuestras páginas poemas de María Baranda, Ethel Krauze y Jorge Ruiz Dueñas, y el reportaje gráfico incluye obra del excéntrico artista conceptual británico Michael Landy, presentado por Edgardo Bermejo Mora, director de Artes del British Council México.